¿Qué efectos produce la caridad en nuestras almas?

 

Con la caridad llega el hombre a poseer dentro de sí al Bien infinito, pues dásele nada menos que la Persona del Espíritu Santo, que es amor substancial, por quien se infunde y derrama en el corazón del justo la Caridad de Dios.

Admiremos, hijas mías, el cúmulo de virtudes morales que atesora el hombre santo; virtudes en sí excelentísimas y que poseídas en grado sobrenatural, exceden a cuantas riquezas de virtudes puede llegar el hombre.

¡Qué elevación de pensamientos se descubre en el alma transfigurada por la santidad, aunque carezca de eso que llamamos genio y de superior cultura!

Tales alcances y vuelos de espíritu, no son efecto del pábulo, ni de la instrucción científica, sino de la conversación celestial, de otra ilustración más llena, obtenida, hijas mías, en las intimidades inefables del trato del alma con su Dios.

Pero tengamos en cuenta, hijas mías, que andamos demasiado ciegas, o por lo menos ofuscadas, por el vehemente apetito de los bienes deleitables al sentido, los cuales, casi a pesar nuestro, nos arrastran por la pendiente del placer, obligándonos a gemir y a decir: «¡Infeliz de mí! ¿Quién me librará de la corrupción de este cuerpo mortal?».

El pecador, hijas mías, una vez remitido el violento acceso de la pasión y devuelto a la razón, su remordimiento será el primero que dé testimonio de la verdad y sobre todo, si deja que la luz de la gracia disipe los nublados de su inteligencia; entonces, hijas mías, veréis de cuán diverso modo piensa y siente y cómo arrepentido de sus desvaríos, lamenta el tiempo de sus insensatas locuras, y confiesa que nunca en ellas fue dichoso, porque sólo en la guarda de los mandamientos del Señor está el secreto de la felicidad verdadera.

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ultimo aggionamento 05 maggio, 2005