3. No dar a Dios ningún disgusto

“Líbrales de mil peligros para que no cometan jamás un solo pecado y así, un día, hijos e hijas puedan recrearse Contigo en el paraíso[599].

“¡Hazlo, Jesús mío! y que hijos e hijas se encuentren un día Contigo y que Tú mientras vivan en este mundo te congratules al ver sus acciones, sus obras, todo aquello que deben hacer, tanto los hijos como las hijas[600].

“¡Hazlo, Jesús mío! yo no quiero de Ti nada más que esto, que Tú me prometas que a hijos e hijas me los conservarás y los ayudarás para que no te ofendan jamás[601].

“Haz, Jesús mío, que te den muchísima gloria y que hijos e hijas no te den tantos disgustos como yo te he dado y te dan todas las criaturas; ¡hazlo, Jesús mío! ¡Hazlo, Jesús de mi vida![602]

“Tú puedes hacerlo, Jesús mío, el que yo pueda estar a tu lado toda la noche. Quisiera, Jesús mío, estar Contigo para siempre, por toda una eternidad[603]

“Yo no sé cómo hacer, Jesús; mi ilusión sería, ahora que la cosa está más tranquila, poder estar toda la noche Contigo y Tú conmigo, de modo que nadie pudiese... pero, Jesús, no sé, te encuentro como cansado, un poco así[604]

“Jesús mío, yo quisiera solamente poder vivir de Ti y por Ti. En mi vida no tengo otra cosa, pero, Jesús mío[605].

“Antes te he dicho que quería morir para estar Contigo, junto a Ti, pero veo que también ahora estás junto a mí, aunque yo me encuentro tan lejos muchas veces; pero yo te digo, Jesús que morir quiero antes que dejarte solo. Quiero amarte, quiero vivir Contigo, ¡quiero darte mi vida, Jesús mío! quiero darte... no tengo nada, quiero darte y no tengo nada, solamente esta ruin persona, tan vil como Tú la conoces... más... que sea castigado este cuerpo mío que tanta guerra me da ... sí, pero todavía me da guerra, ¿sabes? todavía me da[606].

“Lo que sí quiero decirte, Jesús, es que quiero estar ... no puedo hacerlo como no esté dentro de Ti y Tú dentro de mí. Que no tengamos otra entrada que la de estar unidos, dentro uno del otro y después ... que haga el diablo lo que quiera, ¡déjalo! ¡déjalo! si me rompe una costilla ya tiene bastante, si me rompe la cabeza, pues que la hubiese tenido más dura ... de todos modos, Jesús mío, yo vengo a decirte que por mí no te preocupes y que me des grandes sufrimientos, pero que no se den cuenta ni las Hermanas, ni los Padres[607]

No quiero otra cosa, solamente todo aquello que Tú veas que te puede agradar a Ti. Si viva me tienen que cortar a pedacitos... "Ecce Ancilla Domini, aquí estoy, lo que Tú quieras y como Tú quieras!"[608]

“Y tampoco yo! lejos de mí el poder hacer lo que no se debe hacer, no lo permitas, Jesús, no lo permitas! Primero quítame la vida, que en tus manos está; la vida y la muerte, todo, está en tus manos. Si Tú ves que yo voy a caminar mal, no me dejes ni menos esta noche vivir, quítame, Jesús mío, la vida y mándame donde Tú quieras, si es que yo puedo darte un disgusto a Ti, ¡Jesús mío!”[609]

“No, no puedo decirte más que: ten presente que son hijos y te quieren bien y que quieren hacer las cosas bien, pero que unos porque son jóvenes y otros porque son grandes, no lo ven, Señor, y la cosa está así” “Así es que, Jesús mío, que no nos vayamos nunca, un solo día a retirarnos para dormir, sin que tengamos la tranquilidad de que Tú estás contento. “A mí alguna vez, y Tú lo has visto, cuánto me ha costado y cuántas lágrimas el no haber hecho al momento las cosas como se deben hacer! viene después esa, que Tú lo permites, esa amargura, ese dolor por haberte ofendido ... porque tratarte así con indiferencia, alguna vez lo hemos hecho, Jesús. “Pues ahora no se hace, ya ves que están mejor, están mejor los hijos y yo voy mejorando; del todo no te digo, pero respecto a eso, voy mejorando y quiero que los hijos, las hijas y yo con ellos podamos unirnos fuertemente y que no ansiemos otra cosa que verte, amarte y estar Contigo [610].

“Yo lo que no quiero absolutamente es darte ningún disgusto, pero de lo restante sí, Jesús mío, darte gloria sí, verte también, poseer tu amor también, ¡Jesús mío! ¡Tú lo ves, Jesús!”[611]

“Deseos de amarte; deseos de hacer tu divina voluntad; deseos de ayudarte; todo eso sí, ¡Jesús mío! Pero primero morir antes que hacer una cosa que a Ti te desagrade; no quiero hacerla ni que delante de mí se haga, Jesús mío, absolutamente!”[612]

“Quieren santificarse, pero hay tantas cosas por medio que no sé cómo quitarlas. ... Ayúdanos, Jesús mío, ¡ayúdanos! y ayúdame a mí para que antes morir que darte un disgusto, antes morir que hacer una cosa que no deba hacer, primero morir que estar haciendo el papel para: "...que aquella no, la otra no..." eso es tener hipocresía, ¡ayúdame, Jesús mío!”[613]

“Yo te pido, Jesús mío, que los hijos y las hijas no te den ningún disgusto; que hijos e hijas, unidos en tu amor y tu caridad, puedan vivir con ese amor y esa generosidad y en esa caridad. Tenlos aquí en la vida como quieras y lo que Tú quieras; recréate con ellos y ellas; sí, recréate, Jesús, que no sea solamente sufrir Tú, no; recréate con ellos. Verás que son criaturas inocentes, dicen aquello que han sentido o aquello que oyen... ayúdales Tú, ¡Jesús mío, ayúdales!”[614]

“Yo quisiera ayudar a estas hijas y morir antes que verlas de esta manera como ahora las veo, llenas de deudas Contigo. Se les oye hablar y parece que son ellas las que tienen que recibir, las que tienen que hacer, las que tienen ... ¡ay! qué amargura, Jesús mío, ¡qué amargura! ver a esas jóvenes llenas de tontería, porque otra cosa”[615]

“Y yo quisiera, Jesús mío, que me lleves antes que yo te dé un disgusto. Quiero vivir y morir sí, pero junto a Ti y ayudándote a Ti; pero si yo no te he de ayudar y sólo te voy a disgustar, quítame la vida, pero que yo tenga la dicha de estar Contigo, Contigo y con los hijos y las hijas, pero como Tú quieres”[616]

“Con más, qué te diré, Jesús mío, con más miedo, con menos alegría porque no sé qué harán estas hijas, ¡qué harán estos hijos! No quisiera que, por tenerlos un poco descuidados, vayan a hacer lo que a Ti te desagrada. Primero llévame a mí antes que yo permita que hagan los hijos lo que Tú no quieres y deseas. Yo no quiero nada para mí, quiero que les des todo a ellos para que puedan hacer tu divina voluntad, ¡hazlo, Jesús mío, hazlo! porque no creo que tienen malicia, pero sí un desasosiego... malicia no creo que es, pero están así”[617]

“Ayúdanos, ¡ayúdanos, Jesús mío! y da a los hijos grande deseo de santificarse; que no vea yo a ningún hijo ni a ninguna hija que te ofenden o que están por ese camino; no, antes llévatelos, Jesús, llévatelos antes de que cometan un pecado; esta es mi preocupación, que por una enseñanza que den ... basta ya de enseñanzas, basta, ¿qué es lo que pretenden?! no hay que estar... ellos lo que tienen que hacer ahora es amarte a Ti y sacrificarse por todos; deben santificarse”[618].

“Ayuda, Jesús mío, a los hijos; que ninguno te disguste, Jesús mío, que ninguno te dé un sólo disgusto sino que vivan unidos a Ti. Haz, que se santifiquen, ayúdales, Jesús mío, ayúdales, que deseos ya tienen; quizá, - Tú lo sabes, Jesús - hay momentos que a algunos les cuesta mucho, pero van adelante y verás que desde ahora, esta tarde misma les será más fácil que les ha sido esta mañana, el hacerte compañía, pues les veo más animados; ¡hazlo, Tú puedes hacerlo!”[619]

“Yo lo pruebo a veces con algunas y veo que eso es lo que ambicionan: santificarse y hacer tu voluntad. Esto es lo que quisiera que todos los hijos e hijas tuvieran bien grabado dentro: que Tú, Jesús, puedas recrearte en estas dos casas, tanto en estas como en las demás casas”[620]

“Tú sí que puedes con todo ello, pero yo no lo sé, porque me da pena verte a Ti que esperas a que ellas digan y hagan lo que quieran, con la calma que quieran, con el sentido que quieran y esto, Jesús mío ... Que esto se acabe ya que Tú estás dispuesto a todo, que se unan a Ti es lo que más deseo. Que hijos e hijas se unan a Ti y que vivan tu vida y de tu vida, ¡Jesús mío!”[621]

“¡No, Jesús!, que desaparezca esto entre los hijos y las hijas, que desaparezca, que se haga el bien por el bien, no por el qué dirán o porque qué van a decir, o porque son más o porque son menos[622].

“¡Ayúdanos, Jesús mío! danos fuerza ... es que somos como un reloj viejo, de esos que yo veo por ahí, que les das cuerda y tic... tac... tic... tac... anda un cuarto de hora y después ya no quiere hacer nada más. Que no seamos nosotros así, Jesús, que no seamos nosotros como esos relojes viejos que no andan apenas. Caminemos, caminemos unidas a Ti, Jesús, para que Tú te puedas congratular con nosotras, pero no con ese tic... tac... tic... tac... no, ¡no, no Jesús, no!”[623]

Que sepan amarte, que sepan santificarse ... ¡Qué dolor me causa, qué pena, oír que van adelante pero de la manera que no quisiera, que quedásemos así ... que no estén más formadas, más llenas de tu amor, Jesús[624]

“No piensan en lo que hacen, no tienen el dolor de haberte ofendido. Dicen que sí, que ellas se han arrepentido, Jesús, pero...”[625]

Reflexionando sobre esta avalancha de textos de la Madre, podemos afirmar lo siguiente:

1. La Madre usa una terminología típicamente femenina, validísima también para los religiosos HAM. La Madre habla de no “disgustar a Dios”. El amor verdadero es delicado, complaciente, quiere ver a su alrededor alegría y gozo, no admite para sí descansos, su gozo es el gozo de la persona a quien se ama

2. Como se puede ver de los textos, la Madre habla de “disgusto” verdadero de Dios. Si no nos santificamos Dios, el impasible, sufre. La Madre no hace referencia a algo sin importancia, a algo no del todo perfecto pero insignificante. La Madre entiende el “disgusto de Dios” como algo que llega y toca el corazón mismo de Dios. La Madre habla explícitamente de:

§ Disgustar a Dios:

- “no cometan jamás un solo pecado”. Por pecado la Madre entiende el pecado grave, el pecado venial y la imperfección

- “que no te ofendan jamás”, de ninguna forma o manera

- “ Que las hijas no te den tantos disgustos como yo te he dado y te dan todas las criaturas”

- “Me encuentro tan lejos muchas veces”

- “Lejos de mí el poder hacer lo que no se debe hacer, no lo permitas, Jesús, no lo permitas! Primero quítame la vida”

- porque tratarte así con indiferencia

- vivir en la “ hipocresía” espiritual

- que no vea yo a ningún hijo ni a ninguna hija que te ofenden o que están por ese camino

Ciertamente la Madre hace referencia a todo tipo de falta voluntaria (pecado o desorden espiritual). Todos sabemos cómo la Madre condenó todo tipo de ofensa voluntaria a Dios, incluso la imperfección.

Pero la Madre habla también de “dejadez espiritual”, de “flojedad espiritual”, de “trato con Dios con indiferencia”, de “hipocresía espiritual”. Todo esto “disgusta” a Dios.

§ Agradar a Dios:

- “te congratules al ver sus acciones, sus obras”

- solamente todo aquello que Tú veas que te puede agradar a Ti.

- darte gloria sí, verte también, poseer tu amor también

- Deseos de amarte; deseos de hacer tu divina voluntad; deseos de ayudarte; todo eso sí, ¡Jesús mío! Pero primero morir antes que hacer una cosa que a Ti te desagrade; no quiero hacerla ni que delante de mí se haga, Jesús mío, absolutamente

- que hijos e hijas, unidos en tu amor y tu caridad, puedan vivir con ese amor y esa generosidad y en esa caridad

- santificarse y hacer tu voluntad. Esto es lo que quisiera que todos los hijos e hijas tuvieran bien grabado dentro: que Tú, Jesús, puedas recrearte en estas dos casas,

Lo que “agrada” a Dios es todo aquello que se hace (obras) por amor a él y como él quiere, el actuar con intención expresa de “darle la mayor gloria”, el “estar establemente en su amor y el poseer su amor”, actuar con “deseos de cumplir su divina voluntad”, de “ayudarle”, la vida de caridad y de unión fraterna, la generosidad en la ayuda a los demás, el esfuerzo por “santificarse”.

§ Actitud interior que agrada de Dios

- estar a tu lado

- solamente poder vivir de Ti y por Ti.

- morir quiero antes que dejarte solo

- dentro de Ti y Tú dentro de mí.

- sin que tengamos la tranquilidad de que Tú estás contento

- que ninguno te disguste, Jesús mío, que ninguno te dé un sólo disgusto sino que vivan unidos a Ti.

La unión, cuanto más estrecha mejor, con Dios, esto es, vivir “al lado de Dios”, “vivir de ti y por ti”, dispuestos a morir “antes que dejarlo solo”, estar “dentro de Ti y Tú dentro de mí”, seguridad interior “de que Tú estás contento”.


[599] Pan 22, 419

[600] Pan 22, 422

[601] Pan 22, 424

[602] Pan 22, 429

[603] Pan 22, 442

[604] Pan 22, 445

[605] Pan 22, 448

[606] Pan 22, 451

[607] Pan 22, 457

[608] Pan 22, 461

[609] Pan 22, 493

[610] Pan 22, 497-500

[611] Pan 22, 724

[612] Pan 22, 820

[613] Pan 22, 911

[614] Pan 22, 919

[615] Pan 22, 977

[616] Pan 22, 984

[617] Pan 22, 987

[618] Pan 22, 992

[619] Pan 22, 995

[620] Pan 22, 473

[621] Pan 22, 597-98

[622] Pan 22, 604

[623] Pan 22, 606

[624] Pan 22, 551

[625] Pan 22, 557